jueves, 10 de junio de 2010

Obrepción y subrepción.

Todos pensamos que el examen sería fácil, en concreto habíamos preparado, "la condición jurídica fundamental del fiel en la Iglesia", tema muy de moda en aquella época. El examen era oral; me preguntó la diferencia entre obrepción y subrepción ( ni idea); el rescripto (poca idea), me dijo que mejor estudiaba un poco más. (Caraacara)

Fueraparte de que lo de la condición jurídica del fiel en la Iglesia es un tema de perenne actualidad -no se habla e otra cosa en Japón- no puedo creer que don Caraacara desconociera la diferencia -palmaria- entre esas dos falsedades o engaños que son la obrepción y la subrepción.

Desde niños hemos practicado ambas artes. ¿Quien no ha camuflado la verdad alguna vez inventando una historia para justificar un retraso? Y ¿no hemos oído todos a nuestras madres protestar contra nuestras historias inventadas: ¡Obrepción, obrepción! ? ¿No gritaban elllas -nuestras madres- ¡subrepción, subrepción!, cuando acusábamos a nuestro hermano de haberse comido el chocolate ocultando el dato de que lo habíamos compartido con él? ¿No fueron ellas, nuestras madres, quienes nos enseñaron a llamar a las cosas por sus nombres?

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