miércoles, 11 de marzo de 2015

Velintonia.

en la penumbra de un jardín 
al pie de una robusta velintonia
(Antonio Colinas. Canciones para una música silente.)
La velintonia (o wellingtonia) es una secuoya; un árbol enormísimo. Dio nombre a una calle de Madrid en cuyo número 3 -en una casa, claro-  vivió Vicente Aleixandre. Luego le dieron a la calle el nombre del poeta, cosa que a este, al parecer, no le agradó porque pensaba -con razón- que quienes le mandasen una carta tendrían que escribir en el sobre su nombre dos veces.

Acónito: la flor que nos trajo el Can Cerbero

Eumelo, en sus Historias,
nos dijo que Aristóteles murió
tras beberse la savia
de la flor del acónito,
la flor que el Can Cerbero
-el de las tres cabezas,
el demonio del pozo,
el guardián infernal-
nos trajo al mundo.
(Antonio Colinas. Canciones para una música silente.)
Es una planta venenosísima, por lo visto.