miércoles, 11 de marzo de 2015

Acónito: la flor que nos trajo el Can Cerbero

Eumelo, en sus Historias,
nos dijo que Aristóteles murió
tras beberse la savia
de la flor del acónito,
la flor que el Can Cerbero
-el de las tres cabezas,
el demonio del pozo,
el guardián infernal-
nos trajo al mundo.
(Antonio Colinas. Canciones para una música silente.)
Es una planta venenosísima, por lo visto.  

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