miércoles, 26 de septiembre de 2012

Allá tú.


Según el DRAE la expresión "Allá tú" manifiesta desdén o despreocupación hacia los problemas ajenos. 
Si tal fuera, ningún cristiano debería usar esa expresión. Y el caso es que, a menudo, usamos la expresión manifestando -como dice el DRAE- desdén o despreocupación. Sobre todo si añadimos "a mí déjame en paz". 
Pero, a veces, no añadimos lo de "a mí déjame en paz". A veces decimos "allá tú" después de haber mostrado un gran interés por el problema del prójimo. 
Supongamos que alguien que nos es muy querido nos pide un consejo y se lo damos. Supongamos que nos agradece el consejo y nos  dice que no va a seguirlo. Supongamos que le decimos "Allá tú". Ese "Allá tú" no manifiesta -necesariamente- desdén o despreocupación con respecto a sus problemas sino que puede manifestar respeto a su libertad. Ese "allá tú" viene a decir: ¡Mucho ánimo! Vete allá contra mi consejo. Si lo que encuentras es maravilloso, por favor, escríbeme; a lo mejor lío el petate y me voy para allá siguiendo tus huellas. Si lo que encuentras allá es horrible, siempre podrás volver y encontrar aquí al amigo que te desaconsejó el camino hacia allá; a  menos que lo que encuentres allá sea el infierno porque de allí nadie vuelve. Estaré pendiente de tus noticias -y muy interesado por cada una de ellas y por ti- hasta que me entere de que estás en el infierno. Entonces sí que te diré "allá tú" con el desdén y la despreocupación que me inspiran los idiotas. Pero si vuelves -cosa que deseo y espero- vuelve humildemente. Porque si vuelves diciendo que la culpa es de la sociedad o del Diccionario de la Real Academia sabré que no eres ese amigo que se fue al infierno contra mi consejo sino un demonio que quiere llevarme al infierno contigo abusando de nuestra amistad. En resumen que yo, por amistad, te doy un consejo y tú, por la cuenta que te trae, lo seguirás o no; pero si no lo sigues y te vas al infierno la culpa será tuya. Y lo peor sería que, siguiendo mis consejos, te fueras al infierno. Allí nos encontraríamos los dos y nos pasaríamos la eternidad diciéndonos el uno al otro "allá tu, a mí déjame en paz" con ese estúpido desdén hacia los problemas del prójimo que es tan típico de los condenados.

8 comentarios:

  1. Muy bueno... y a la vez un tanto triste.
    Lo de volver humildemente, es tan tan difícil...
    Y no saber volver reconociendo la culpa, hace que al final perdamos mucho, a veces todo.

    Pues eso, muy buena entrada, y a la vez un tanto triste

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  2. Si lo que pregunta es si borra el comentario, pues vale.
    Si lo que quiere es hacerme desaparecer, pues como que no.
    Sea como sea... allá usted¡ (je je je )

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    1. No me refería a usted ni a su amable comentario sino a la entrada... Como es triste...

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  3. Ahh¡¡¡ Qué susto¡

    No la borre, porfaplis
    Las entradas tristes también tienen derecho a existir
    Y al final, de alguna forma misteriosa, generan sonrisas.
    Gracias¡

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  4. Buenos días don Javier. Magnífica reflexión, cuando viene de labios cristianos las cosas pretenden activar, motivar, siempre tienen la puerta abierta a la entrada de la Luz, porque el cristiano sabe que nuestro pequeño esfuerzo o chispa se complementa con el enorme impulso y fuego de Dios.Un abrazo.

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    1. Gracias por decir: "¡Magnífica reflexión" y por lo demás.

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